http://www.youtube.com/watch?v=h1IA2t7IdMY
"El primer deber del hombre es definirse, ubicarse como testigo de un viejo pleito entre la mentira y la verdad"
Con esa autoimposición vivió Atahualpa Yupanqui (Héctor Roberto Chavero, tal su verdadero nombre). Vió por primera vez la luz el 31 de enero de 1908, en Pergamino, Provincia de Buenos Aires. Tomó de los paisanos de ese tiempo, la forma criolla de ejecutar la guitarra y versear sus verdades, sus "asuntos" como le gustaba decir. Luego estudió guitarra con el maestro Juan Bautista Almirón, padre de quién luego fuera la concertista "Lalita" Almirón. Pero nunca olvidó la forma sencilla y el sonido rústico del hombre de campo, a pesar de su estudio académico. Al decir de las palabras del poeta e historiador Félix Luna, "decidió no ser virtuoso para ser profundo". Su espíritu viajero, su gran sentido de la observación y su constante contacto con la gente de su tierra y el sentido de pueblo en general, la han dado a "Don Ata" una sabiduría inusual para un músico, fue también poeta, filósofo, pensador de nuestros problemas argentinos. Viajero incansable, lo encontró la muerte mansamente a sus 84 años, el 23 de mayo de 1992 en el pueblo de Nimes, Francia. Mi humilde homenaje a este gran maestro de la argentinidad y el sentir latinoamericano.
"Yo tengo tantos hermanos
que no los puedo contar
y una novia muy hermosa
que se llama LIBERTAD"
¡Salud, Don Ata!
Carlos María Seta, para GUITARRA CRIOLLA
guitarracriolla.seta@gmail.com
"El primer deber del hombre es definirse, ubicarse como testigo de un viejo pleito entre la mentira y la verdad"
Con esa autoimposición vivió Atahualpa Yupanqui (Héctor Roberto Chavero, tal su verdadero nombre). Vió por primera vez la luz el 31 de enero de 1908, en Pergamino, Provincia de Buenos Aires. Tomó de los paisanos de ese tiempo, la forma criolla de ejecutar la guitarra y versear sus verdades, sus "asuntos" como le gustaba decir. Luego estudió guitarra con el maestro Juan Bautista Almirón, padre de quién luego fuera la concertista "Lalita" Almirón. Pero nunca olvidó la forma sencilla y el sonido rústico del hombre de campo, a pesar de su estudio académico. Al decir de las palabras del poeta e historiador Félix Luna, "decidió no ser virtuoso para ser profundo". Su espíritu viajero, su gran sentido de la observación y su constante contacto con la gente de su tierra y el sentido de pueblo en general, la han dado a "Don Ata" una sabiduría inusual para un músico, fue también poeta, filósofo, pensador de nuestros problemas argentinos. Viajero incansable, lo encontró la muerte mansamente a sus 84 años, el 23 de mayo de 1992 en el pueblo de Nimes, Francia. Mi humilde homenaje a este gran maestro de la argentinidad y el sentir latinoamericano.
"Yo tengo tantos hermanos
que no los puedo contar
y una novia muy hermosa
que se llama LIBERTAD"
¡Salud, Don Ata!
Carlos María Seta, para GUITARRA CRIOLLA
guitarracriolla.seta@gmail.com